Es una necesidad…la más difícil de satisfacer.
Se la puede perder por muchos motivos. En algunos casos por los deseos de otros, pero normalmente por los nuestros propios.
El ansia de ser libre hace asumir decisiones de vida, de esa vida, ese ejercicio de aprendizaje cotidiano, que termina cuando deja de ser vital.
Muchas veces se tarda tiempo en conocerla. Muchas veces nunca se la logra.
El ofrecerla es más difícil que el alcanzarla…tal vez.
Es difícil de comprender la libertad que te ofrecen hasta que la vida te enfrenta a decidir ejercerla.
Solo en ese momento puedes saber si la oferta era real, y si lo era, solo en ese momento puedes entender el valor de lo ofrecido.
En horas tormentosas se puede convertir en el único faro visible…para alguien, como esperanza de mantenerla o alcanzarla, y encontrar en la oferta recibida el genuino valor de ese ofrecimiento…para otro, como única luz en la que se sienta lo que realmente significaba el sentimiento de esa oferta hecha.
Esa era la libertad ofrecida y fue la libertad respetada.
Javier Zárate Taborga
Escrito en La Paz a un año de agosto de 2019