Sorpresa

No eras ni tú ni tu hermano lo que se esperaba ese día.

A veces no se esperan y esta vez el tiempo transcurrido no era suficiente. No eran esperados pero llegaron e incomodaron e hicieron dudar.

Menos de un mes después eran imprescindibles. Eran un símbolo de presencia en la ausencia y la lejanía. Eran, con plata de San Luis Potosí, el puente de plata del Cerro de Potosí sobre el Atlántico que unían la península con el corazón de la América del Sur, la Hoyada con el Botxo.

Años después seguían siendo cable a realidad. Realidad invertida.

El del Botxo en la Hoyada, la de la Hoyada en la rossa, la docta e la grossa.

Doce meses son desde que ya no hay puente.

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