Ser leído

Escribir es en sí mismo una forma de catarsis y como tal refleja el alma que se anima a expresarse. A veces de forma desordenada, otras sentimental, alegre o feliz, melancólica y nostálgica, eufórica y emocionada, reflexiva o imaginativa…

Es una gran manera de acomodarse en uno mismo y de acomodar lo que se tiene dentro.

Siempre he sido lector. Mi madre recuerda la anécdota de que de niño pedía libros en lugar de juguetes. Creo que no es tan cierto porque prefería estos, pero también me gustaban libros y guardo en mi memoria y en mi biblioteca varios de esos que acompañaron mis primeros años y que despertaron mi amor por la Historia, especialmente.

Ahora disfruto mucho más la lectura. La disfruto, y especialmente la admiro…admiro esa capacidad de escribir largo, tendido y entretenido. Quisiera hacerlo, pero pese a que me siento en una autopista con la lectura, sé que apenas comienzo a gatear con la escritura.

Hoy recibí un regalo de aquellos que son inadjetivables por lo que significan.

Me leyeron…

Me leyeron con interés, con curiosidad, con ganas de enterarse más profundamente sobre lo que escribía.

…y me releyeron.

E interpretaron mis palabras y Lucy se fue al cielo con diamantes, los han asumieron cuerpo —y sí deben escribirse con cursivas—, la política se entendió que es la misma aquí, allá y un poco más allá, los tomatl fueron descifrados porque me conocen, y el silencio fue más estridente pero a la vez el tronar más emocionante…

Siempre he sentido que el español es maravilloso porque a diferencia de otros idiomas tiene muchísimas palabras para expresar el sentir el amor, pero a la vez estoy convencido que el solo tener una palabra para agradecer es una tarea pendiente.

Gracias desde lo más profundo del amor…

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